Biblioteca(s) virtual(es)

Hace varios años que la Biblithèque Nationale de France (BNF) lanzó el servicio de consulta de libros en línea Gallica. Confieso que la primera vez que realicé una consulta de este servicio me dejó maravillado: podía ver y leer en línea libros que, años antes, me había costado encontrar en muchas bibliotecas, incluso universitarias. Algo mágico. Es verdad que en esa época (de ello hace sólo tres años, pero el tiempo en Internet sextuplica al real) tenía una conexión Internet normal lo que suponía que la carga de cada página de un libro implicaba una espera de casi un minuto. Aún así merecía la pena. Podía acceder, por ejemplo, a algunas obras de utopistas franceses del siglo XVIII como Morelly que, prácticamente, sólo pueden consultarse en la BNF. Gallica, como mi conexión a Internet, se ha ampliado y mejorado a lo largo de estos años. Hoy propone el acceso a más de 70000 obras, 80000 imágenes y docenas de horas de recursos sonoros. Se trata, en realidad, de un extracto del fondo digitalizado de la BNF que se centra sobre todo en la cultura francófona pero que también incluye versiones originales o traducciones de obras en otros idiomas, además de colecciones temáticas, iconográficas, enciclopedias, etc. que están exentas de derechos de autor y se ofrecen gratuitamente a todo el mundo.
El vespertino (¿en la era de Internet y los diarios en línea se puede seguir hablando de diarios vespertinos?) Le Monde anunciaba en un artículo del pasado 18 de febrero el lanzamiento, en este mismo servicio, de un programa de digitalización de la prensa francesa desde el siglo XIX hasta el final de la segunda guerra mundial.

Pero la digitalización de los fondos impresos no se detiene ahí. Ya sabíamos que Google Scholar devuelve enlaces que no son tales sino citas de documentos (libros, periódicos, etc.) que no pueden consultarse en línea…. Aunque a partir de ahora sí. Desde hace unos meses, el servicio beta Google Print pone en línea los contenidos de los libros que hasta ahora sólo se limitaba a referenciar. Se trata de un acuerdo con las bibliotecas de Harvard, Stanford, Universidad de Michigan y Oxford y la Biblioteca Pública de Nueva York . En este servicio también están implicados los editores pues, si un libro tiene derechos de autor, el servicio de Google lo que hace es dar un pequeño extracto del mismo y proponer, si lo desea a la persona que consulta, la compra (“Buy this Book”) del mismo.
La aparición de este servicio ha sembrado las alarmas en Europa y especialmente en el país más sensible a estos temas: Francia. Artículos de prensa de este tono: "Quand Google défie l'Europe" no han sido excepcionales en la prensa francesa. ¿Hay motivo para ello? En cierto modo sí. El servicio de Google pretende, nada menos, que poner en línea ¡mas de 15 millones de libros! A su lado los apenas 150000 documentos de Gallica parecen un poco ridículos…. De ahí la reacción inmediata del gobierno francés. El ministro de Cultura Renaud Donnedieu de Vabres, y el presidente de la Bibliothèque nationale de France (BNF), Jean-Noël Jeanneney, se reunieron el pasado 16 de marzo con Jacques Chirac para estudiar un proyecto similar francés y europeo que contrarreste la “ofensiva” de Google. La verdadera Bibloteca Virtual de la cultura francesa parece que se ha puesto en marcha. Eso sí, muy diplomáticamente, los políticos galos no excluyen la participación de Google en el proyecto ni tampoco la de sus actuales aliados en el terreno cultural: Alemania y España.

Así que, muy atentos a las novedades en este terreno pues, aunque ya ha comenzado, en los próximos años vamos a ver nuevas formas de acceder a la cultura contenida en los libros que casi no habíamos imaginado.

Por cierto, no estaría mal que nuestra Biblioteca Nacional fuera aprendiendo algo de la BNF sobre cómo deben hacerse las cosas en este terreno.


À +tard!

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